CHAMONIX - SAINT JEAN DE MAURIENNE

Por la mañana nos dedicamos integramente al
Mont Blanc. Después de intentar desayunar, nos dirigimos al teleférico que nos subiría cerca del
Mont Blanc. La altura y las vistas eran impresionantes.


Estábamos a más de 3800metros de altura y hemos de reconocer que al cabo de unas horas el efecto de la altura hizo acto de presencia en nuestro cuerpo. Quizás la falta de un buen desayuno fué la causa. Cuidado motero. Hacía un día expléndido y las vistas eran maravillosas. Los ciento catorce euros que pagamos por subir, bien merecieron la pena. Había mucho turista pero sobre todo muchos escalador y montañero practicando. Al cabo de tres o cuatro horas decidimos descender, tomar un refregerio, dirigirnos al hotel, embullirnos en el traje de moto y dirigirnos hacia nuestro destino que no era otro que
San Juan de Maurienne. Los Alpes son maravillosos pero vistos desde aquellas alturas resultaban aún más atractivos. No sabemos si volveremos o no, pero
Chamonix-Mont Blanc siempre quedará en nuestro recuerdo.
Hacía mucho calor, eran las tres de la tarde y nos restaban ciento sesenta kilómetros, así que nos pusimos en marcha. Esa tarde atravesaríamos uno de los puertos por excelencia en el Tour de Francia : el
Col de
l'Madelainne. Realmente no nos causo demasiada admiración si bien su historia y significado en el mundo ciclista era grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario